La gastroenteróloga Paulina Canales conversó con La Prueba de ADN sobre los casos de hepatitis infantil que se expanden por el mundo y que ya llegó a Sudamérica.
Durante la jornada de este jueves 5 de mayo se reportó el primer caso de la enfermedad en Argentina, encendiendo las alarmas en los países del Cono Sur, incluyendo en Chile.
Hace algunos meses se conocieron los primeros reportes desde Europa, por lo que aún se veía como un problema lejano. Pero la realidad hoy indica que hay que estar alerta ante un eventual brote en el país.
“Se reportan casos que coinciden en que son en niños menores de 10 años que hacen un cuadro de hepatitis. Tienen síntomas que pueden ser inespecíficos y después pasan a ser más específicos”, mencionó la especialista.
En relación a estas señales, explicó que se presenta “la coloración amarilla de piel, de la esclera y las deposiciones que pueden ser pálidas o blancas y orina oscura“.
“Parte de estos niños reportan la presencia del adenovirus, pero no todos los casos están ligados al virus. Hay muchos casos donde no se ha encontrado causa”, remarcó.
Además, Canales explicó que “no se sabe si el coronavirus puede ser gatillante“, así como también no existe certeza de una posible relación con la vacuna contra el covid-19.
Contagios y desarrollo de la enfermedad
La hepatitis infantil puede sufrirse de diferentes manera, variando de cada caso y si bien aún no ha llegado a Chile, con la presencia en Sudamérica es importante tener en consideración algunos detalles.
De manera más específica, Paulina Canales señaló que “las causas dependen de la edad. Siempre son más frecuentes las hepatitis de origen viral“.
“De los virus que inflaman el hígado, son el A, B y C. Para el virus A y el B hay vacunas. Acá, en Chile, la vacuna está implementada en todos los recién nacidos (…) para el virus C no hay vacuna pero no es una causa frecuente en niños”, indicó.
Por otra parte, la gastroenteróloga dejó en claro que esta enfermedad se puede presentar en todos los niños, ya sea con enfermedades bases o completamente sanos.
Respecto a la forma de contraer la hepatitis, señaló que en el caso del virus A “se contagia igual como lo hacen todas las gastroenteritis agudas. Por comer alimentos crudos, alimentos mal lavados, no disponer de agua potable”, entre otras causas típicas.
“El virus B se puede transmitir durante el embarazo o transfusiones de sangre, no es una condición muy frecuente en los niños”, agregó.
En torno al desarrollo de la enfermedad sostuvo que “la primera fase de los síntomas pueden ser muy similares a una gripe. Malestar, decaimiento, un poco de fiebre. Después aparca lo más específico”.
Considerando que no hay tratamiento específico, “solamente la resuelve el organismo y un niño sano tiene toda la chance de resolverla. Hay un bajo porcentaje, en un caso de hepatitis viral, que un paciente evolucione a una insuficiencia hepática grave”.