El polémico proyecto de by-pass presentado en Isla de Marchant sigue generando un rechazo masivo por parte de la comunidad local. En una reciente reunión organizada por el Servicio de Evaluación Ambiental (SEA), vecinos, autoridades locales y parlamentarios expresaron su descontento ante los representantes de la empresa encargada de la obra.
Durante la presentación técnica, en la que se detallaron las características del proyecto y su impacto en la zona, los asistentes manifestaron de manera contundente su oposición. Los principales argumentos expuestos por la comunidad giran en torno a los posibles daños que el by-pass podría causar en los territorios, la agricultura local y la calidad de vida de los habitantes.
«Esto no solo afecta nuestras tierras, sino también nuestra forma de vida. Este proyecto no considera el impacto social y ambiental que traerá consigo», señaló uno de los vecinos presentes.
Por su parte, las autoridades locales han solicitado mayor transparencia y una evaluación exhaustiva de los impactos, exigiendo que se prioricen las necesidades de los habitantes de la zona sobre los intereses de la empresa ejecutora.
El proyecto sigue bajo análisis, pero el descontento ciudadano plantea serios desafíos para su implementación, en un contexto donde la participación y las demandas de las comunidades son cada vez más relevantes.