En un importante operativo policial, las autoridades chilenas desarticularon una organización criminal conocida como «La Empresa», dedicada a ofrecer préstamos de dinero a comerciantes en Valparaíso y Santiago, para luego extorsionarlos mediante el cobro de altos intereses.
El grupo, conformado en su mayoría por ciudadanos colombianos, captaba a sus víctimas entre pequeños y medianos empresarios que enfrentaban dificultades económicas. A estos comerciantes les ofrecían préstamos rápidos y sin trámites extensos, pero una vez aceptada la ayuda, las víctimas quedaban atrapadas en un esquema de deudas impagables debido a los intereses desproporcionados.
Un golpe a la delincuencia organizada
El operativo resultó en la detención de 44 personas, 43 de ellas de nacionalidad colombiana y en situación migratoria irregular en Chile. Según las autoridades, esta organización operaba bajo un esquema bien estructurado, con jerarquías y roles definidos para captar clientes, gestionar los préstamos y ejercer presiones para el cobro, que incluían amenazas y amedrentamientos.
El ministro del Interior destacó la importancia de esta intervención, señalando que “se trata de un golpe significativo contra una red de crimen organizado que afectaba la tranquilidad y la economía de comerciantes locales”.
Acciones legales y deportaciones
Además de enfrentar cargos por usura, extorsión y asociación ilícita, las personas en situación migratoria irregular podrían ser deportadas del país tras cumplir las sanciones correspondientes. Las autoridades chilenas también investigan posibles vínculos de esta banda con redes internacionales dedicadas a actividades similares.
Este caso pone en evidencia la necesidad de reforzar los controles migratorios y de adoptar medidas para prevenir que comerciantes vulnerables sean víctimas de estas prácticas abusivas. Mientras tanto, las autoridades hacen un llamado a quienes hayan sido afectados por esta organización a presentar sus denuncias de manera confidencial.
El desmantelamiento de «La Empresa» envía un mensaje claro: no hay espacio en Chile para el crimen organizado ni para quienes se aprovechan de la necesidad de otros.