El lunes, cuando estuvieron a solas, lo conversaron. Ese día, el presidente electo, Gabriel Boric, llegó junto con Giorgio Jackson e Izkia Siches al Palacio de La Moneda para reunirse con el Presidente Sebastián Piñera de manera protocolar tras su triunfo en la segunda vuelta, donde logró imponerse con una amplia diferencia ante el candidato José Antonio Kast.
En la oportunidad, el Mandatario abordó -como lo dijo posteriormente en punto de prensa- varios temas relativos al traspaso de mando de cara al 11 de marzo, cuando a Boric le corresponda asumir oficialmente el cargo.
“Conversamos de muchos temas. Primero, en forma privada, el presidente electo y el Presidente en ejercicio, hablamos de temas internacionales, le pedí su opinión en temas que hay que resolver en los próximos días y semanas”, dijo Piñera, sin entrar en detalles.
Uno de los tópicos que dialogaron, afirman fuentes de La Moneda, fueron las dos cumbres que quedan pendientes antes de que termine esta administración: Prosur y la Alianza del Pacífico. Ambos encuentros se realizarán los días 26 y 27 de enero, en Colombia.
Así, en Palacio dicen que el Mandatario le extendió una invitación a Boric para que lo acompañe en esa gira. Asimismo, comentan que Piñera tiene la idea de hacer un cambio de mando “republicano, transparente y tranquilo” y, por lo mismo, ha intentado dar señales en esa línea, manteniendo la tradición de invitar al presidente electo a las giras pendientes.
En La Moneda afirman que esperan que Boric mantenga la tradición republicana y asista al viaje, y agregan que están a la espera de su respuesta.
Consultados en el equipo del presidente electo, en tanto, solo se limitaron a transmitir que aún no toman una decisión al respecto.
En el caso del encuentro de Prosur, no es cualquier instancia: su creación fue impulsada en 2019 por Piñera y otros mandatarios de la época ligados a la centroderecha, como Iván Duque y Mauricio Macri, apostando a una mayor coordinación regional. Sin embargo, su conformación no estuvo exenta de críticas, pues varios en la oposición y personeros ligados a la política exterior lo calificaron como un “club de presidentes de derecha” y “de corte conservador”. En más de una oportunidad, Piñera lo defendió argumentando que era una instancia “libre de ideologías”.
Asimismo, la nueva alianza venía a ser una especie de contrapeso a Unasur, la que hasta ese momento se encontraba inactiva y había sido impulsada en 2008 por el fallecido Presidente de Venezuela, Hugo Chávez, en un periodo en que llegaron al poder varios mandatarios de izquierda.