2024 © Sociedad Informativa Primera Fuente SPA Penci Design.
75
Nadie del entorno familiar supo de ello. Enseguida consumó la muerte y ocultó el pequeño cuerpo bajo su cama. Dio a luz en su casa y utilizó un arma blanca para dar muerte a su bebé, tal cual como lo corroboró el informe del Servicio Médico Legal.
Por el delito de infanticidio fue formalizada ayer una joven de 18 años de edad, quien luego de dar a luz en su domicilio decidió quitarle la vida a su hija. El hecho quedó al descubierto luego de que con posterioridad al alumbramiento la estudiante comenzara a sentir fuertes dolores, que obligaron a llevarla al Hospital Clínico, donde el equipo médico corroboró que su condición médica era producto de un embarazo.
Detalles del escabroso episodio se ventilaron en la audiencia judicial vía remota, donde se conectó la mujer desde el Hospital Clínico, además del fiscal Fernando Dobson y el abogado defensor Pablo Santander. Por un aparente temor a los padres la joven habría decidido ocultar su embarazo, que le fue confirmado en el consultorio 18 de Septiembre, el pasado 26 de octubre, donde acudió por un control médico.
Llegó a un periodo de gestación de 34 semanas. Esto sólo lo sabía el pololo. Estaban de acuerdo en que naciera en el mes de febrero. Sin embargo el domingo 19, el día de las elecciones, estando en el dormitorio de su hogar, en horas de la tarde dio a luz a una hija. Nadie del entorno familiar supo de ello.
Fue en ese momento que tomó un arma cortante y la agredió en la cabeza y el tórax. Las lesiones fueron de carácter grave, producto de un traumatismo penetrante cráneo encefálico que le terminaron costando la vida. Sin embargo, en vez de informar lo sucedido al pololo o a la madre, la imputada optó por esconder el neoanato fallecido en una bolsa de basura debajo de la cama.
Así lo mantuvo oculta hasta que la tarde del 21 de diciembre empezó a sentirse mal y obligadamente tuvo que concurrir al Hospital Clínico, debido a fuertes dolores post parto. Pero tampoco explicó por qué llegaba a requerir ayuda, pero los especialistas encontraron restos de placenta lo que obligadamente los llevaba a concluir un nacimiento.
La dirección del establecimiento de salud ofició lo anterior a la Fiscalía el 23 de diciembre. En la investigación encargada a la Brigada de Homicidios de la Policía de Investigaciones consignaron la declaración que prestó la obstetra de turno en la Urgencia de Maternidad, que la tarde del martes recibió a la joven, que presentaba dolor abdominal y sangrado genital.
Una ecografía permitió detectar una “imagen compatible con placenta”. La paciente negó saber que estaba embarazada. A las 19:00 horas fue ingresada a pabellón para extraer los restos de placenta. El peso permitió concluir a la profesional que era compatible con un embarazo de 30 a 34 semanas. Y de un parto reciente.
INFANTICIDIO
La Fiscalía y PDI a esas alturas ya indagaban un infanticidio, a partir de la propia confesión de la joven, que declaró tener un pololo de 20 años de edad, y que en octubre se enteró del embarazo. Le confidenció que el bebé nacería en febrero. No compartió esto con nadie de la familia y durante el proceso no tuvo mayores malestares
Estando ese domingo en su dormitorio empezó a tener fiebre y ganas de vomitar. El abuelo le dio una aspirina y le llevó un balde, para que no tuviera que bajar al primer piso donde está el baño. En un rato expulsó el bebé y cayó a un balde. “Me asusté, no sabía qué hacer. No lloraba, la mano estaba fría. Lo introduje en una bolsa de basura y lo escondí bajo la cama. No la agredí ni le hice nada”, declaró.
LO MATÓ
Sin embargo, esto último se contradice con el informe de autopsia del Servicio Médico Legal, que confirmó que el bebé nació con vida y murió producto de “traumas cortantes en la cabeza”. Esto no es compatible con una caída sino que con heridas por arma blanca. “Al bebé se le dio muerte a poco de nacer”.
A PRISIÓN
Aunque la defensa atribuyó lo sucedido a un hecho de carácter accidental, primaron finalmente los antecedentes expuestos por el fiscal Dobson. El juez Ricardo Larenas no ocultó su asombro frente a este infanticidio, en que la joven no colaboró mayormente, ocultando siempre lo ocurrido, como las heridas que presentaba el bebé.
Y que al pololo le mintió sobre el nacimiento, que había llegado la ambulancia y que luego se retiró de la casa. “Los antecedentes impresionan a este tribunal, como la magnitud y vehemencia ante un ser tan indefenso, débil, como una niña recién nacida”.
“Una madre que inexplicablemente priva de la vida a una bebé recién nacida, donde en vez de darle una protección y bienvenida a este mundo, vemos lo contrario”. Por considerar que la libertad de la joven imputada constituye un peligro para la sociedad, dio orden de ingreso a la sección femenina de la cárcel de Punta Arenas. El Tribunal prohibió revelar su identidad