Deportes Melipilla está en aprietos. Ayer, el Tribunal de Disciplina de la ANFP sesionó y se confirmó que los Potros funcionaban con dobles contratos, según conoció AS. Los jugadores involucrados son José Huentelaf y Ricardo Fuenzalida, quienes ya no forman parte del club: el primero declarará hoy, mientras que el segundo ya presentó su versión en Quilín, además de charlar con este diario.
«Decidí hablar por muchos motivos. La gente que estuvo trabajando en el último tiempo en Melipilla se portó muy mal conmigo y creo que atacaron a una persona muy importante para mí en el fútbol, que es Gino Valentini. Necesitaba prestarle una mano por todo lo que ha hecho por mí y, obviamente, vine a declarar a favor de él para demostrar que sí tenía doble contrato en Melipilla», cuenta Fuenzalida, quien actualmente es jugador libre tras su paso por Santa Cruz.
– ¿Usted siempre supo que tenía doble contrato?
– Sí. Tuve contratos negros, pero ahora, como pasó este revuelo, quise meterme y ayudar para que no vuelva a pasar más en el fútbol chileno.
– ¿Quiénes se portaron mal con usted y Gino Valentini y de qué forma?
– Carlos Encina (accionista de Melipilla) y Leonardo Zúñiga (presidente de Melipilla) se portaron muy mal con el hombre (Valentini). Hay fotos amenazándolo, fotos de la hija. Entonces, creo que se desviaron del tema y pasaron a algo delicado, como es la familia. Está en papeles y lo tiene la ANFP. Ya se demostró todo y creo que de esa forma no se puede discutir.
– ¿Y a usted cómo lo trataron?
– Yo llegué de Punta Arenas, supe cómo estaba el escándalo y no había tenido contacto hasta antes de ayer, cuando me coimearon para que me quede callado por lo que iba a decir. Pero obviamente yo no iba a traicionar mis principios. No tengo precio para venderme.
¿Fue Carlos Encinas?
– Sí. Me llamó ofreciéndome contrato con él. Fui muy querido en Melipilla, en el ascenso, y me sacaba eso. Me decía que vaya a su casa, que conversemos, que me iba a pasar una plata que él me debía cuando me fui a Audax Italiano desde Melipilla. Ellos cobraron un préstamo y me falló en eso. Ellos sabían lo que se venía y por algo estaban en ese asunto de comprar jugadores para que no hablen. Pero creo que hablaron con el jugador equivocado.
– ¿Cuánto dinero le ofrecía?
– No habló de montos, solo de contratos, y que me iba a devolver la plata del Audax para quedar bien. Pero yo sé que si iba a su casa, e intentaba arreglar, podía sacar una buena cifra. Pero, como te digo, estaban hablando con la persona equivocada.
– ¿Qué tipo de contrato le estaba ofreciendo?
– En Melipilla y Lautaro. Yo tenía que elegir.
– Si bien hay documentos que acreditan los movimientos ilícitos de Melipilla, ¿cómo describiría usted el modus operandi?
– Creo que fue algo que se manejó mucho tiempo, pero nadie se atrevía a destapar la olla. Creo que esto empezó, si no me equivoco, con Hans Martínez. Imagínate que él estaba en Segunda División y ya tenía contrato en negro. Y varios jugadores más que no se atrevían a declarar… Yo me siento tranquilo, porque dije la verdad, y ya no pertenezco a Melipilla. Así que no les debo nada. Actuaban mal, en el sentido de que, cuando dejaban de pagar el contrato en negro, el jugador se enojaba.
– Me habla de Zúñiga y Encinas, pero en rigor… ¿quién encabeza las malas prácticas?
– Los dos nombres que te doy son los cabecillas, pero no te puedo decir si es uno u otro. No me quiero quemar.
– ¿Algún dirigente de Melipilla lo amenazó en la audiencia de ayer en la ANFP?
– Sí, pero obviamente uno está tranquilo… Pasaba Leonardo Zúñiga, tocándome el vidrio, porque yo estaba en el comedor y ellos, en otra sala. Pasaba al baño, me tocaba el vidrio, me saludaba, yo lo saludaba… Me hacía morisquetas, así como cuando te dicen ‘ya te va a llegar, espérate’. Yo estaba tranquilo, porque iba a decir la verdad. No tenía miedo. Yo me reía y le seguía el juego. Ellos estaban nerviosos y yo tenía una prueba contundente, un audio. No me lo dejaron mostrar en la ANFP por protocolos, pero por mi parte no tengo problemas en que todo el pueblo melipillano se entere de cómo trabajaba Carlos Encinas y cómo quería comprar jugadores.
– ¿Qué ha podido hablar con José Huentelaf, quien es el otro involucrado en los dobles contratos?
– Está en la misma parada que yo. Creo que se portaron mal, no le respetaron el doble contrato y él igual decidió destapar la olla. Él estuvo un año sin jugar y sabe que pudo haber habido mano negra en eso.
– De acuerdo a lo que me cuenta, ¿qué cree que merecen Leonardo Zúñiga y Carlos Encinas?
– No soy quién para juzgar. Solo pido que la ANFP, con todas las pruebas que tiene, que son contundentes, pueda tomar una decisión para que esto no vuelva a suceder en el fútbol. Ahora se destapó la olla y creo que las cosas que se tienen que hacer bien y poner el castigo más duro que tengan. Si no le hacen nada, esto va a pasar por alto y ojalá Dios quiera no sea así.
– ¿La pasó mal guardándose todo esto?
– Sinceramente, no. Gracias a Dios tenía club y estaba preocupado de eso. Solamente puedo decir que fueron días muy largos, de que no se daba nunca la audiencia y uno solo quería hablar. Yo soy de Punta Arenas y no estar con mi familia, por tener que declarar, se hacía largo.
– ¿Y qué decía su familia respecto al tema?
– Mi familia siempre ha estado, me ha apoyado. Mi polola ha sido un pilar fundamental para mí, en el sentido de que me ha apoyado en todo. También cuando les dije que iba a ir a declarar. En Melipilla me quisieron harto y, obviamente, al declarar contra ellos, se lo van a tomar mal. Pero yo no iba contra ellos, sino que iba a limpiar lo que habían hecho conmigo.
– Y ahora, que ha contado su experiencia en Melipilla, ¿siente algún temor?
– Sí, pero es parte de. Me metí en esto y voy a tener que aguantar un tiempo, los mensajes, los llamados. Pero estoy tranquilo al haber dicho la verdad y ahora voy a disfrutar de mis vacaciones. No he hecho nada malo.
– De todas formas, ¿buscará respaldo en el Sifup?
– Sí, obviamente, pero estoy tranquilo. Ahora que pude decir la verdad, estoy más liberado. Cualquier cosa, yo creo que hablaré con ellos (Sifup). Si no, con mi abogado y mi representante. Por lo menos tengo el apoyo de todos.