¡Aún queda otoño! Aprovecha de revitalizar la tierra, cultivar hortalizas de temporada y proteger tu huerta ante los desafíos que presenta el invierno. Leonardo Vera, académico de la UNAB, entrega claves para transformar cada espacio verde en una fuente de bienestar y sostenibilidad.
Aunque las estaciones parecieran estar cada vez más indefinidas a causa del cambio climático, el otoño sigue siendo una temporada de transición, una pausa en el ciclo de la naturaleza que permite recuperar fuerzas y prepararse para el invierno.
“El otoño es la época en que se alimentan los suelos. La huerta viene de la fiesta de la primavera y del verano, necesita reponerse y prepararse para un nuevo invierno”, señala Leonardo Vera, académico de la Escuela de Ciencias Ambientales y Sustentabilidad de la Universidad Andrés Bello. Este momento del año es fundamental para restaurar la salud de la tierra, proteger los cultivos y fortalecer la resiliencia de las huertas urbanas.
En Chile, las condiciones geográficas determinan las necesidades específicas de cada huerta. “En el norte, el otoño sigue siendo cálido, lo que permite extender los cultivos de primavera-verano, siempre que haya suficiente agua disponible. En la zona central, el ambiente más húmedo y fresco exige un manejo cuidadoso de la humedad para evitar enfermedades fungosas, mientras que en el sur, las lluvias y heladas obligan a adelantar siembras y proteger las plantas desde temprano en la temporada”, explica el profesor Vera.
Huertas urbanas en otoño
“Independiente de la zona geográfica en la que estemos, el otoño es la mejor época para abonar los suelos, restaurarlos y devolverles la mano por el esfuerzo y desgaste de sostenernos”, señala.
Según el académico, el abono compostado, como el tipo bokashi, y la aplicación de cobertura orgánica o mulch son prácticas clave para revitalizar la tierra. “Cubrir el suelo con hojas, ramas y restos de cultivos anteriores -picados- no solo lo protege y mejora su calidad, también reduce el impacto ambiental al evitar que estos materiales terminen en la basura”, enfatiza Vera.
La materia orgánica que se acumula en los vertederos, cuando se descompone en ausencia de oxígeno genera gas metano. Este gas de efecto invernadero es muy potente y mucho más dañino para el medio ambiente que el dióxido de carbono, contribuyendo significativamente al cambio climático.
Como sugerencia, el profesor Leonardo Vera recomienda activar la cobertura o mulch “con un ensilaje de microrganismos del bosque y harinas de rocas. Con estas se devuelve la memoria microbiana y mineral a los suelos cansados y deteriorados”. Estos productos se pueden encontrar en tiendas especializadas en el rubro.
Otro aspecto fundamental es el manejo de plagas y enfermedades fungosas. “Es importante bajar la frecuencia y dosis de riego respecto del verano, sólo hacerlo cuando los primeros centímetros del suelo están secos. Y es aconsejable regar por las mañanas, para que en la noche el cultivo no quede con mucha humedad, favoreciendo hongos como el oídio y la roya”, detalla Vera. Ante el ataque de hongos recomienda la aplicación de caldos minerales y biopreparados orgánicos. En caso de ataques de plagas comunes en esta época, como babosas, caracoles y pulgones, recomienda utilizar métodos orgánicos como trampas de cerveza o cáscara de huevo.
Alimento para cuerpo y alma
En cuanto a los cultivos, el otoño ofrece un abanico de opciones: habas y arvejas; coles como el brócoli, la coliflor, el repollo; hortalizas de hoja como la espinaca, lechuga, rúcula y kale; y hortalizas de raíz como las zanahorias, rabanitos, nabos y betarragas. Estas plantas, explica el académico, aprovechan la menor cantidad de luz y la humedad ambiental. También se defienden bien del frío, en especial las hortalizas de raíz, que acumulan más azúcares en esta época del año.
Finalmente, el profesor Leonardo Vera señala que las huertas urbanas no solo son espacios de cultivo, sino también de regeneración y aprendizaje. “Sostener la huerta de otoño nos anima a seguir adelante, con alegría y entusiasmo, el resto del año. Es una estación muy hermosa que marca el paso del tiempo, la vuelta al otro ritmo, al descanso y la calma”.
“Llena de colores, con tonos ocres pero brillantes, el otoño nos invita a la introspección, a recuperarnos después del esfuerzo seco y febril del verano y a fortalecernos antes del invierno”.