Curicó, conocida por su encanto provincial y su comunidad acogedora, está de luto. La reciente tragedia del asesinato de Alexis en el Cerro Carlos Condell, mientras paseaba con su amiga, ha dejado una profunda herida en nuestra ciudad. Este incidente no solo resalta la creciente inseguridad en nuestro principal parque familiar, sino que también evidencia una preocupante falta de acción por parte de nuestras autoridades.
El Cerro Carlos Condell, históricamente un lugar de esparcimiento y encuentro para las familias curicanas, se ha transformado en una zona peligrosa, un auténtico “boca de lobos” para delincuentes. Los residentes que antes disfrutaban de sus senderos y áreas verdes ahora temen por su seguridad. Este parque, que debería ser un refugio de paz y recreación, ha sido abandonado a su suerte por quienes tienen la responsabilidad de protegerlo.
La muerte de Alexis no puede considerarse un hecho aislado, sino la consecuencia más trágica de una serie de fallos sistémicos. Las quejas de los vecinos sobre la falta de iluminación, la insuficiente presencia policial y la negligencia en el mantenimiento del parque han caído en oídos sordos. Cada uno de estos factores contribuyó a crear un ambiente propicio para el crimen.
Es indignante que, pese a las reiteradas denuncias y solicitudes de mayor seguridad, las autoridades locales no hayan tomado medidas efectivas para garantizar la protección de los ciudadanos. El asesinato de Alexis es una llamada de atención que no puede ser ignorada ni trivializada. Es hora de que los responsables de la seguridad en Curicó respondan a las demandas de su comunidad con acciones concretas y decididas. ¿Pero por que tuvieron que esperar a que fuera cobardemente asesinado Alexis, para «empezar» a tomar medidas?
Las familias curicanas merecen un espacio seguro donde sus hijos puedan jugar y donde los adultos puedan disfrutar de la naturaleza sin el temor constante de ser víctimas de la delincuencia. Requerimos una intervención inmediata y decidida: mayor patrullaje policial, mejoras en la iluminación, y un plan integral de seguridad que involucre a la comunidad y a las autoridades.
No podemos permitir que la indiferencia y la inacción continúen cobrando vidas. El recuerdo de Alexis debe ser un motor de cambio. Su trágica muerte debe motivar a nuestras autoridades a actuar con la urgencia que la situación amerita. Es imperativo que transformemos el Cerro Carlos Condell de nuevo en un símbolo de unión y seguridad para todos los curicanos.
Este es un llamado a la acción, una demanda de justicia y seguridad. No dejemos que la muerte de Alexis sea en vano. Es hora de que nuestras autoridades asuman su responsabilidad y trabajen incansablemente para devolvernos la paz y la seguridad que merecemos. Curicó no puede seguir esperando. Es el momento de actuar.
Descansa en paz Alexis y perdón por tan poco…