El cáncer de ovario es uno de los tumores ginecológicos más letales y difíciles de detectar en sus primeras etapas. A pesar de su baja incidencia en comparación con otros tipos de cáncer, su alta tasa de mortalidad a nivel mundial, lo convierte en un tema prioritario en la investigación y la prevención. En Chile, esta patología forma parte del Régimen de Garantías Explícitas en Salud (GES), lo que garantiza el acceso a diagnóstico y tratamiento oportuno y de calidad para todas las mujeres afectadas.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el cáncer de ovario es el octavo más común en mujeres a nivel mundial, con más de 300.000 casos nuevos diagnosticados cada año, mientras que en Chile, se estima que son alrededor de 800, lo que representa una tasa de incidencia significativa que requiere atención especializada y oportuna.
Aunque la causa exacta de esta enfermedad es desconocida, existen varios factores de riesgo que aumentan la probabilidad de desarrollarla. Algunos de estos factores son los antecedentes familiares, las mutaciones genéticas en los genes BRCA1 y BRCA2, la edad, especialmente después de los 50 años y el uso de tratamientos de fertilidad.
El cáncer de ovario es conocido como el «asesino silencioso» debido a que sus síntomas pueden ser vagos y similares a los de otras enfermedades, como el dolor abdominal, hinchazón (aumento del tamaño del abdomen debido a la acumulación de líquido), problemas digestivos (dificultad para comer o sentirse satisfecha rápidamente) y fatiga.
La detección temprana es crucial para mejorar las tasas de supervivencia en pacientes con cáncer de ovario. Aunque no existe una prueba de detección específica para esta enfermedad, las mujeres con factores de riesgo deben someterse a exámenes regulares y estar atentas a cualquier síntoma. La ecografía transvaginal y el análisis de sangre CA-125 son herramientas útiles en la evaluación de esta enfermedad.
En relación con el tratamiento, éste depende del estado y tipo de tumor, el cual puede ser cirugía, quimioterapia y terapia dirigida enfocada a las células cancerígenas específicas y puede ser utilizada en combinación con la quimioterapia.
Es fundamental motivar a las mujeres a tomar conciencia sobre su salud y a realizar chequeos constantes. La detección temprana y el tratamiento oportuno son fundamentales para mejorar las tasas de supervivencia y calidad de vida de las pacientes. El cáncer de ovario es una enfermedad que puede ser tratada con éxito si se detecta a tiempo.
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Carolina Poblete
Docente Carrera de Obstetricia y Puericultura
Universidad Autónoma de Chile – Talca