Un reciente informe de Oceana advierte sobre la toxicidad del poliestireno expandido y su impacto en la salud humana y el medioambiente.
Un estudio publicado por la organización internacional Oceana en Estados Unidos ha encendido las alarmas sobre los peligros del poliestireno expandido —conocido en Chile como plumavit— especialmente cuando se utiliza en contacto con alimentos y bebidas.
El informe, encabezado por la directora de la campaña de plásticos de Oceana en EE.UU., Christy Leavitt, cuestiona directamente su uso: “¿Por qué aún se usa poliestireno expandido en alimentos y bebestibles cuando es un material relacionado con cáncer?”. Leavitt subraya que “la evidencia es clara y el poliestireno expandido amenaza nuestra salud y la de los océanos”, y hace un llamado urgente a adoptar alternativas reutilizables.
Este material, fabricado con sustancias químicas peligrosas, tiene como componente principal al estireno, clasificado por los Institutos Nacionales de la Salud de EE.UU. como un “probable agente cancerígeno humano”. Además de ser tóxico para el sistema nervioso, investigaciones han detectado microplásticos de poliestireno en órganos humanos vitales como el cerebro, pulmones, riñones y hasta en el sistema reproductivo.
El riesgo aumenta considerablemente cuando el plumavit entra en contacto con alimentos calientes o grasos, permitiendo la migración de químicos tóxicos hacia el organismo. Por esta razón, la Academia Americana de Pediatría recomienda evitar su uso en productos destinados a la alimentación infantil.
La problemática también afecta al medioambiente. Según el informe, cada año se producen más de ocho millones de toneladas de este material en el mundo. Su escasa tasa de reciclaje —menos del 1% en EE.UU.— y su capacidad de atraer contaminantes lo convierten en una seria amenaza para la fauna marina y los ecosistemas acuáticos. De hecho, platos, vasos y otros residuos de plumavit figuran entre los 10 artículos más encontrados en la basura costera estadounidense.
En Chile, el uso del plumavit en la industria alimentaria fue prohibido en 2021 con la promulgación de la Ley N° 21.368, conocida como la “Ley de Plásticos de un Solo Uso”. Esta normativa impide su utilización en restaurantes, cafeterías, fuentes de soda y servicios de delivery.
“El plumavit es uno de los plásticos más contaminantes y por eso fue uno de los primeros en prohibirse”, explica Cristóbal Correa, director de las Campañas de Contaminación Marina de Oceana Chile. Sin embargo, advierte que aún hay locales que continúan usándolo: “Esto debe ponernos en alerta como consumidores, sobre todo con la evidencia que indica lo nocivo que es”.
El estudio de Oceana busca reforzar la conciencia pública y presionar por regulaciones más estrictas a nivel global, promoviendo una transición urgente hacia materiales más seguros y sostenibles.