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Ser profesor en tiempos de juicios y fragilidades

de Primera Fuente
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Hoy el planeta Tierra y la humanidad están amenazados.  La pandemia y lo que ha seguido solo ha servido para demostrar nuestra fragilidad y nuestra interconexión.  Ahora es necesario actuar urgentemente, de forma conjunta, para cambiar el rumbo y reimaginar nuestros futuros. Así comienza el informe ‘Reimaginar la educaciónde la Comisión Internacional sobre los Futuros de la educación de Unesco (2021). El diagnóstico es inapelable: el mal uso de recursos, las desigualdades, el exceso de trabajo, el cansancio, la autoexplotación, la discriminación, guerras sin sentido, la exclusión y una total homogenización del individuo que construye una especie que solo abraza y acepta lo igual y lo parecido. Las preguntas que surgen son ¿por qué? Y ¿qué especie queremos ser?

En este contexto, el profesor es un ejemplo en potencia. Es el docente quien busca que sus alumnos estudien, indaguen y reflexionen haciendo, como dice el profesor Bárcena, las cosas propias de la escuela en todas sus formas, es decir, leer, escribir, preguntar, pensar, conversar de aquellos libros, de aquellas vinculaciones, curiosidades y problemas del mundo ¿por qué? Porque es necesario estudiar, una enseñanza apasionada abordando las cosas desde dentro, siempre con sentido y vinculantes con el mundo. Traer a sus estudiantes palabras nuevas, ideas no pensadas y ese amor por el estudio, por los rituales propios de la clase.

El profesor sabe de la necesidad de conversar sobre los temas de época, sabe que en su clase se charla con cualquiera y también con cada uno, y que esa comunicación es desaprender, desprenderse de algo, de uno, de todo y que aquello nos deja frágiles, sueltos, y a la vez, abre una amplitud, una línea de fuga que permite junto a sus estudiantes pensar y viajar por lugares insospechados. Un viaje, un movimiento que no es fijo, que no debiese ser homogéneo, porque tiene que ver con narrativas personales, con historias, contextos, con fragilidades, singularidades y multiplicidades de una sala de clases.

Pero a la vez, el profesor siempre está en tensión entre ese movimiento y el movimiento del currículum, de la institución, del rendimiento, de la productividad y de una sociedad acelerada que quiere colocar palabras tan alejadas de lo esencial de la pedagogía, que muchas veces sumergen a los estudiantes en una falsa profundidad.

El profesor sabe que está a contratiempo, que su función es otra, que a lo mejor es inactual porque conserva como fondo de valor una pedagogía conversacional, creativa, reflexiva, vinculante y probablemente inservible para un mundo centrado en la sociedad de los algoritmos impuestos.

Pero el profesor se resiste, debe resistirse contra los modos que definen este tiempo y el tiempo de la escuela porque convive con multiplicidades de contextos, y por ello, justamente por ello, se convierte en un artista que se mueve en un viaje de detención y atención al mundo en su tarea de enseñar, que exige humanizarnos y cuidar el mundo. Entonces conviene volver a preguntarse: ¿qué especie queremos ser? En la sala de clases podemos encontrar algunas respuestas.

 

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Impulsan el turismo enológico e inclusivo en Santa Cruz Una comitiva del Ministerio de Comercio Exterior y Turismo de Perú, junto con autoridades del SERNATUR, visitaron el Campus Colchagua de la Universidad de Talca donde se desarrolla un proyecto para mostrar el mundo del vino a personas con discapacidad. A través de una “cata ciega”, la Universidad de Talca y el Servicio Nacional de Turismo (SERNATUR), mostraron a delegación del Ministerio de Comercio Exterior y Turismo de Perú, la experiencia en turismo enológico e inclusivo que se desarrolla en Santa Cruz. Esta visita, se enmarca en una agenda de trabajo bilateral y que se realiza bajo el proyecto “Intercambio de conocimientos Chile y Perú sobre el modelo de gestión para coadyuvar a promover la accesibilidad en turismo de visitantes con discapacidad en gobiernos subnacionales”, llevado adelante por el citado ministerio peruano y Sernatur. El director del campus Colchagua UTalca -donde se desarrolló el encuentro, Patricio Gómez, explicó que esta actividad permitió realizar una experiencia sensorial en torno al vino y, de esta forma, generar empatía entre los asistentes hacia las personas con discapacidad visual. “La cata ciega es una metodología de degustación de vino, pero lo relevante para nuestros estudiantes es poder adquirir, con este tipo de actividades, las competencias para relacionarse con personas con discapacidad y hacerlas protagonistas de una experiencia turística”, resaltó. Testimonios María García, coordinadora de la iniciativa de turismo ante mencionado ministerio del Perú, valoró la propuesta de la UTalca en el desarrollo de experiencias accesibles e inclusivas, ya que le permitió “conocer lo que está haciendo esta universidad, a la hora de conectar a personas con discapacidad visual y la actividad turística de un producto tan importante como es el vino”. En tanto, la especialista en turismo social de la comitiva peruana, Patricia Camacho, destacó el trabajo realizado por los estudiantes del campus Colchagua durante la jornada de la cata a ciegas. “La experiencia de hoy me ha dejado gratamente sorprendida, desde el trato adecuado que han tenido los estudiantes y que, junto con el tema sensorial de la cata, es digna de replicar en nuestro país y así lo plantearemos en los diversos espacios educativos que tenemos”. Esta iniciativa, que busca hacer partícipe a personas con diferentes capacidades en actividades turísticas, es única a nivel nacional, explicó Consuelo Contreras, encargada de Desarrollo Local del SERNATUR. “Me gustaría que más instituciones de educación tuvieran instancias de sensibilización como esta, para que formaran a profesionales con esta visión de la inclusión, de un turismo para todas las personas, sin dejar a nadie detrás y destacando al mundo del vino, una industria muy importante a nivel nacional”, agregó.