En 2017 la estudiante sufrió un accidente que le provocó una lesión en su columna vertebral, gracias a Teletón pudo rehabilitarse y aprender a hacer su vida desde una silla de ruedas. Para ella si bien ha habido inclusión, hay todavía obstáculos que superar.
Ascensores disponibles en las distintas torres, rampas tanto en el exterior como en el interior y salas con mesas aptas para el uso de silla de ruedas, pasillos amplios y baños, entre otros recursos, le permiten a Fernanda Molina realizar con autonomía su vida universitaria.
La estudiante de cuarto año de Nutrición y Dietética en la sede Concepción de la Universidad Andrés Bello se desplaza sin problemas desde su casa a la universidad en su auto, conduciendo ella o acompañada de su mamá como ha sido en los últimos meses. Pero la realidad sería distinta si tuviera que usar el transporte público. En una de las ciudades más pobladas de Chile son escasos los buses que cuentan con rampa y espacio destinado a silla de ruedas.
La visión de Fernanda, de 25 años sobre la inclusión, es que, “hemos avanzado. Creo que hay una preocupación, pero hay cosas del día a día que todavía son obstáculos”, comenta. Las micros son parte de ellas, pero también “hay calles y veredas que están dañadas por años y que no las hacen accesibles”.
La experiencia tan cotidiana de ir a un supermercado también se dificulta. Todos tienen góndolas altas que impiden a una persona en silla de ruedas acceder a los productos de las estanterías superiores. “Entonces hay que pedir ayuda a otras personas y, en general, a mí no me complica, pero hay otras personas que quizás son tímidas o a las que simplemente no les gusta hablar con extraños”. También hay tiendas comerciales a las que no puede acceder o a las que para hacerlo requiere un esfuerzo adicional, lo que a mayor edad y dependiendo de la condición de salud se complica más.
Del otro extremo, en la relación con los otros también hay cosas que mejorar. El ponerse en lugar del otro es clave y eso incluye evaluar cuándo es o no necesaria la ayuda o la priorización. “A veces hay un trato demasiado preferente. A mí me gusta que las personas sean empáticas, pero hay un trato distinto, que es mejor, como siempre favoreciéndome a mí o dando mucha atención para las personas con discapacidad. Ese trato para mí, si bien es inclusión, no es igualdad. Yo no me quejo de que las personas sean amables, pero a veces hay un trato demasiado distinto”.
Sí es importante tener la disposición de prestar apoyo, pero teniendo en consideración el contexto y las distintas realidades. “El saber que si salgo a la calle siempre va a haber alguien que va a tener esa empatía de ayudarme si necesito cualquier cosa, me da seguridad”, señala.
La estudiante fue uno de los testimonios de la versión 2021 de Teletón y este año, debido a una complicación de salud, vivirá la campaña un poco más desde lejos, desde su casa. Sin embargo, dice, estará atenta a la cruzada de la institución que la ayudó a rehabilitarse tras su accidente de automovilístico en 2017.
Fernanda aprendió a controlar su cuerpo, levantarse y moverse con y desde su silla de ruedas y hasta a conducir su auto desde su condición de discapacidad gracias a Teletón. Su esfuerzo y el del equipo de profesionales del instituto de Rehabilitación fueron la clave para esta nueva etapa en la vida de la joven.