“En este fallo veo una de las mayores injusticias que vi en mi vida como abogado. Podemos perder, pero sería una injusticia gigantesca”, remarcó el profesional brasileño.
Han pasado unas semanas desde que FIFA desestimó la denuncia que la Federación de Fútbol de Chile realizó en contra de su similar ecuatoriana por la presunta falsa documentación que presentaba el lateral Byron Castillo, en búsqueda de utilizar su sitio en el Mundial de Catar que comienza a disputarse el próximo mes de noviembre.
Sin embargo, pese a la negativa inicial, el abogado brasileño que defiende los intereses de La Roja, Eduardo Carlezzo, habló con El Mercurio y se mostró convencido de poder revertir la situación. Claro, para él se trata de una tremenda injusticia:
“Está lleno de equívocos, contradicciones e interpretaciones precipitadas de los hechos. En una primera lectura, uno se podría asustar con los argumentos que se lanzan para desestimar el reclamo. Parecen ser duros y sin solución. Sin embargo, cuando se profundiza en los detalles, estamos 100% seguros de que existen conclusiones insostenibles técnicamente”, sostuvo de arranque el profesional.
Y completó, descontento: “Parecen haber mirado las pruebas que enviamos de manera superficial y sin mucha comprensión del contexto”.
Más tarde, consultado por lo que viene ahora, las apelaciones en la Cámara de Apelaciones de FIFA o frente al TAS, Carlezzo aseguró que hay chances de que se revierta ese revés inicial:
“Analizando el registro histórico del comité de apelaciones, en la mayor parte de los casos se mantienen las decisiones de la comisión disciplinaria. Pero en este fallo veo una de las mayores injusticias que vi en mi vida como abogado. Podemos perder, pero sería una injusticia gigantesca”.
De hecho, dijo que “queremos creer que el comité de apelación tendrá una apreciación amplia y técnica de nuestras pruebas y alegaciones, y que con eso se pueda revertir el fallo de primera instancia. De ninguna manera tiramos la toalla”.
En definitiva, ante la consulta de si es posible que Chile alcance a jugar la Copa del Mundo, considerando que la brecha de tiempo se hace cada vez más corta, no se guardó nada. Incluso se la jugó por un pronóstico:
“Es posible. Está apretado y pueden surgir situaciones imprevistas que cambien todo, pero si el sistema funciona de forma adecuada, y quiero entender que así será, hay plazo. Tenemos nuevas pruebas. Nunca paramos un segundo de investigar”.