La ministra del Interior se refirió al control del orden público, y dijo que respetan «el derecho a la legítima manifestación», pero que «eso está muy alejado de la violencia que hoy atentan con la convivencia ciudadana».
Además, reflexionó que «no esperábamos que por ser electos íbamos a poder tener paz», ya que «hasta los movimientos de izquierda se agudizan dentro de los gobiernos progresistas».
La ministra del Interior, Izkia Siches, aseguró que «no vamos a tropezar en perseguir activamente a aquellas personas que no entienden que la ciudadanía quiere vivir en paz y tranquilidad«, ante los últimos hechos de violencia en manifestaciones.
En conversación con La Tercera, la jefa de Gabinete se refirió a sus casi tres meses de haber asumido, de los traspiés al inicio de su administración y del compromiso del Gobierno con la seguridad. «Siempre supe que este cargo iba a ser difícil y que iba a tener que poner todo de mí, en mis capacidades y también mi resiliencia al momento de ir soportando los embates que íbamos a enfrentar. Y hoy lo hago con más compromiso y convicción que nunca», expresó.
Y matizó con que «estoy cautelosa, pero sigo siendo la misma persona que ingresó a este Gobierno, con la misma pasión, con el mismo compromiso y también con la misma convicción de que estamos en los lugares correctos en los tiempos complejos», aunque criticó que «he sido quizás señalada en algunas aristas por mi condición de mujer», en temas como la imagen personal y los roles que «no competen al desempeño profesional».
Aunque recalcó que «siempre asumí este desafío sabiendo la complejidad de que no iba a ser un lugar para llevarme los aplausos. Y justamente por eso accedí».
DELINCUENCIA Y ORDEN PÚBLICO
La titular del Interior fue consultada sobre el control del orden público y las miradas de las coaliciones respecto a este tema, y señaló que «el Presidente ha clarificado que tenemos que dejar de lado aquellas diferencias con utilizar todas las capacidades que tiene el Estado para perseguir el crimen organizado, para desbaratar las bandas que atentan, y apropiarnos de la agenda de seguridad».
En torno al orden público dijo que «sin duda tenemos el desafío de ser muy claros en que el derecho a la legítima manifestación y protesta lo vamos a respetar, pero eso está muy alejado de la violencia, de los saqueos o del uso de los espacios comunitarios y cívicos que hoy atentan con la convivencia ciudadana. Y en eso hemos estado trabajando (…) No vamos a tropezar en perseguir activamente a aquellas personas que no entienden que la ciudadanía quiere vivir en paz y tranquilidad«.
«Nuestra invitación ha sido a todas aquellas personas que se manifiestan con estos actos de violencia a deponerla, porque simplemente solo sigue profundizando fisuras, no contribuye a lo que el país espera del actual Chile que estamos construyendo», agregó, confirmando que existirán querellas en casos de saqueos.
Además, reflexionó que «no esperábamos que solamente por ser electos íbamos a poder tener paz«, ya que «hasta los movimientos de izquierda se agudizan un poco dentro de los gobiernos progresistas».
SITUACIÓN MACROZONA SUR
«Siempre supimos que el tema de La Araucanía era muy, muy complejo, que teníamos distintos grupos que estaban operando en la zona y que se requería una respuesta de fondo. Tenemos que hacernos cargo de las demandas indígenas en materia territorial, porque si no hay restitución territorial, no hay mucho que conversar», aseveró acerca de la situación que se vive en la zona sur del país.
Sobre el estado de excepción, indicó que «siempre lo he considerado una herramienta más, pero en el sur entendíamos que era una señal», y aclaró que «lo entendemos como algo que permite enfrentar síntomas, pero no se hace cargo de la enfermedad de base«, y acerca del «acotado», explicó que «hubo una sobreinterpretación de nuestro gobierno en particular, de que íbamos a encontrar mayor refractariedad al uso del estado de excepción».
«Nos pusimos el parche antes de la herida -continuó-, pensando que para los parlamentarios iba a ser muy complejo. Pero al conversar con ellos, rápidamente se despejó y se puso sobre la mesa que el gobierno debía usar todas las herramientas que estaban, y si ya existía una, no era necesario inventar una nueva, si es que se entendía que iba a ser con todos los resguardos».
Fuente: cooperativa