En las últimas horas de su mandato, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó un decreto que suspende la deportación de miles de inmigrantes venezolanos, lo que ha sido calificado como una recompensa a los exiliados de aquel país que estuvieron entre sus seguidores más leales.
Durante la noche de este martes, Trump firmó un decreto presidencial bloqueando durante 18 meses la expulsión de más de 145.000 venezolanos que estaban en riesgo de ser devueltos a su país, devastado por la crisis. Atribuyó su decisión a un «deterioro de las condiciones” en Venezuela que supone un riesgo de seguridad nacional.
«Estados Unidos sigue siendo un faro de esperanza y libertad para muchos, y ahora los ciudadanos venezolanos que cumplan los requisitos en Estados Unidos recibirán un necesitado alivio migratorio temporal», escribió el senador republicano de Florida Marco Rubio en un comunicado celebrando la medida.
La clemencia de última hora -un brusco contraste con las duras políticas migratorias de Trump durante los últimos cuatro años- puso fin a un último día en el cargo muy atareado, en el que Trump también aprobó una nueva ronda de sanciones financieras contra el supuesto representante del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, y estrechó los controles para privar al Ejército venezolano de tecnología estadounidense de espionaje.
Fue la última acción de Donald Trump como presidente de Estados Unidos, ya que a partir de las 12:00 horas locales se hará la sucesión de mando cuando asuma Joe Biden, en un clima totalmente de alta tensión tras los últimos hechos de violencia.