“Muchos de los pacientes con Covid-19 que se han hospitalizado, tienen la hipertensión entre sus factores de riesgo, lo que no es llamativo dada la prevalencia de esta enfermedad a nivel mundial y sobre todo porque quienes requieren hospitalización, tienen mayor edad y algunos son obesos, otros factores de riesgo de la patología”, explica el Dr. Nicolás Veas, cardiólogo del Centro de Enfermedades Cardiovasculares de Clínica Universidad de los Andes.
La presión arterial consiste en la fuerza de la sangre que empuja contra las paredes de las arterias. Cuando esta presión es muy elevada se refiere a hipertensión arterial y obliga al corazón a trabajar mucho más allá de su capacidad, por lo que puede dañar los vasos sanguíneos, pudiendo ser mortal, ya que puede derivar en un infarto Cardiaco o cerebrovascular, en insuficiencia cardiaca o renal o en daño visual, entre otros.
¿Cómo saber si se tiene la presión arterial normal?
La presión arterial se mide en base a dos cifras:
– Presión sistólica: es la más alta y corresponde a la presión existente en las arterias cuando el corazón se contrae.
– Diastólica: es la más baja y se da cuando el corazón descansa o se relaja entre latidos.
La presión arterial normal es de alrededor de 120/80 en un adulto sano en reposo. Más que eso se considera hipertensión. Eso sí, hay que tener en consideración que se puede tener la presión más alta en algunas ocasiones, como al hacer deporte, por ejemplo. Pero si la presión persiste alta, se debe consultar.
Esta patología es conocida como “asesino silencioso”, ya que no manifiesta síntomas. Entonces, si una persona es hipertensa y no se mide la presión, nunca sabrá que lo es. Por eso, deben chequearse principalmente personas:
– Mayores de 45 años.
– Con antecedentes familiares de hipertensión arterial o enfermedad cardíaca.
– Con exceso de peso.
– Que tienen antecedentes de diabetes.
– Que consumen mucha sal.
– Fumadores.
¿Es posible evitar la hipertensión arterial?
El Dr. Veas afirma que depende de lo que la origine, ya que «en un 5 a 10 % de las personas, se debe a causas secundarias como enfermedades que afectan los riñones, las arterias, el corazón o el sistema endocrino. Estas son diversas y modificables, por lo que hay que descartarlas antes de catalogar a alguien como hipertenso esencial. Si bien no se puede evitar la patología, sí es posible hacer estas modificaciones para volver a estados normales.
Asimismo, la causa más frecuente es la hipertensión esencial o primaria, que es la que tiene la mayoría de los pacientes y que se debe más bien a un factor genético que a una condición conductual.
Por otro lado, con el objetivo de mejorar la calidad de vida, es indispensable adoptar hábitos saludables como actividad física, una alimentación balanceada y con poca sal, manteniendo un peso adecuado y sin fumar, entre otros, permite tener una mejor presión arterial a lo largo de la vida y, en aquellos hipertensos esenciales, se tenga un debut más tardío, formas menos severas y de más fácil tratamiento, incluso algunos pueden no requerir medicamentos.
Al confirmarse el diagnóstico, el Dr. Veas establece que se debe tomar conciencia: “por más que los pacientes se sientan bien, es necesario entender que el daño no es inmediato, sino a largo plazo. No se saca nada con estar en control y tomar medicamentos por un tiempo, es necesario evitar las complicaciones. Por esto, aparte de modificar los estilos de vida ya mencionados, se debe tener control con su médico de cabecera. Existen múltiples formas y recetas para tratar esta enfermedad, pero deben ser supervisadas. Además, esta patología está en el GES, lo que hace que podamos dar a todos los pacientes la atención y medicamentos necesarios”, concluye.